Cartagena, la ciudad amurallada

Cartagena, la ciudad amurallada

Si nunca has visitado Cartagena de Indias, deberías incluirlo como tu próximo destino turístico por descubrir.

Es un lugar que le hace honor a la magia, y quienes la han visitado no por nada, le han atribuido tal particular adjetivo.

Cartagena realmente es una ciudad mágica, donde converge la influencia de diversas culturas, entremezclándose predominantemente la influencia del negro africano, (que llegó a la región a consecuencia de la trata de esclavos introducida como mano de obra para la construcción de ciudades y otros menesteres de servidumbre, en las tierras que la corona española colonizaba) con la del conquistador español, bajo cuya regencia vivió Colombia por cerca de 300 años.

Cartagena ha sido catalogada como el conjunto histórico y colonial más completo de toda Suramérica

La heroica ciudad fue fundada por Don Pedro de Heredia en 1533 y es la segunda ciudad más antigua de Colombia, después de Santa Marta.
Cincuenta años duró el proceso de conquista española en lo que hoy conocemos como Colombia, que para mediados del siglo XV era conocida como el Virreinato de la Nueva Granada y abarca una región geográfica equivalente a lo que hoy día es Colombia, Panamá, Ecuador y Venezuela.
Cartagena se caracteriza por poseer una imponente muralla de 11 kilómetros de longitud que rodea las costas alrededor del centro histórico de la ciudad.  Esta muralla se construyó con el fin de proteger la ciudad de los ataques constantes de enemigos de la España, y es también mudo testigo de los cruentos enfrentamientos en contra de piratas que constantemente tenían bajo sitio la ciudad, debido al auge económico de la región en aquellos años post conquista.

 

El puerto de Cartagena, el mayor centro de comercio de toda la historia colombiana.

La muralla se construyó a finales del siglo XVI y la decisión de implementarla se tomó a consecuencia del ataque del legendario pirata británico Sir Francis Drake.
Hoy en día la muralla es una de las más completas de América del Sur y goza de un excelente estado de conservación. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984. (En realidad, toda la ciudad de Cartagena y sus monumentos históricos forman parte de ese nombramiento)

Como complemento a la muralla está el castillo de San Felipe de Barajas, que es sin duda alguna una estructura simplemente impresionante.

Se encuentra fuera del área amurallada y enclavado en el cerro San Lázaro. Construido en 1657 es una fortaleza que sirvió de bastión a la corona para defenderse de bélicos ataques en el nuevo mundo.
El castillo de San Fernando de Bocachica era otro bastión de protección a la ciudad. Este está situado en la Isla Tierra Bomba, justo a la entrada del canal de Bocachica en una ubicación privilegiada para brindar protección a la ciudad.
A pesar del tiempo, ambos castillos aún se mantienen hoy día y permiten ser visitados y explorar sus interiores para tener una idea de toda la maquinaria de construcción que pudo haber sido necesaria para erigir tales monumentos.
Algo que no deja de sorprender a quienes lo visitan, es el sistema de túneles en el Castillo San Felipe de Barajas. Estos túneles tenían dos propósitos: tener vías de acceso internas hacia otras áreas del castillo y a la vez, que fueran un sistema de trampas para aquellos enemigos que podían llegar a tierra firme y penetrar en su interior.

¿Sabes por qué Cartagena es conocida como la heroica?

Sucede que, en el año 1815, luego de haberse proclamado la independencia del dominio español (en 1811), la corona decidió que debía reconquistar sus territorios y emprendió una ofensiva bélica.

Luego de un viaje de varios meses, los buques y navíos de guerra españoles llegaron a las costas de Cartagena y empezaron un ataque indiscriminado a los habitantes de la ciudad. Hubo sitio por mar y por tierra, y fueron bloqueados los accesos para evitar que alimentos pudieran entrar a la ciudad para causar el caos en la población.
Sin embargo, la reacción fue heroica. Se batalló y resistió hasta las últimas consecuencias cuando finalmente se aceptó la rendición, no antes de haber pagado un alto precio de vidas humanas que murieron a consecuencia de este contra ataque por parte del imperio español.

 

La Cartagena de los amores

Pero bien, la historia cartagenera no está limitada a fortines y batallas.

La vida en Cartagena de Indias era bastante cotidiana.

Historias de amor también fueron los protagonistas en este enclave cartagenero.

Como prueba de ello, está la Calle de las damas. La primera calle construida en la ciudad colonial, que inicialmente fue nombrada Calle de la Fortaleza.
Cuenta la historia que la misma tomó su nombre a consecuencia del suceso sin precedentes donde Felipe II, rey de España, quería comprobar de viva vista las murallas de aquel lugar que le había costado tanto dinero a la corona.
Emprendió el viaje en compañía de amigos de confianza y al llegar a la ciudad, todos ataviados y disfrazados de mujer para evitar ser reconocidos, permanecieron hospedados en una edificación de esta calle. Al pasar de unos días emprendieron su viaje de retorno, luego de haber comprobado que las murallas de Cartagena realmente existían.
La Calle de las damas en Cartagena de Indias también tiene otras historias que contar.
Historiadores relatan que dicha calle fue la sede de la residencia de la virreina doña María de Toledo, sobrina segunda del rey Fernando el Católico. Se establecieron en esta calle con todas las damas del cortejo y algunas importantes personalidades de España, así como, influyentes damas de la época.
Cuenta la tradición que la calle era utilizada por las damas de sociedad para salir a dar un paseo por las tardes, a tomar aire antes que el sol se ocultara, luciendo rimbombantes vestidos, peinados, guantes, abanicos y otros atavíos, con el propósito de conocer algún apuesto caballero que desposara a sus hijas.
Muchas son las historias de amor y uniones entre familias de alcurnia, cuyas majestuosas casonas construidas al estilo español, hoy son convertidas en hoteles y centros de esparcimiento muy exclusivos.

 

Sabías que Gabriel García Márquez se inspiró en Cartagena para escribir algunas de sus célebres obras literarias?

En historias más recientes, podemos contarte la de Gabo, célebre e internacionalmente reconocido escritor, quien alrededor del año 1948, por motivos políticos que sucedían en Bogotá, fue enviado a vivir en Cartagena la tierra natal de su madre.
Se dice que apenas tocó tierras cartageneras, se enamoró de la ciudad de las murallas.
Las tierras caribeñas representaban en aquel momento un refugio ante la ola de violencia que atravesaba la nación.

Muchos son los fragmentos que forman parte de las novelas escritas por Gabo, que retratan vivamente el ambiente de la ciudad en aquellos años, como por ejemplo en su autobiografía “Vivir para contarla” relató: “Me bastó con dar un paso dentro de la muralla de Cartagena de Indias para verla en toda su grandeza a la luz malva de las seis de la tarde. No pude reprimir el sentimiento de haber vuelto a nacer”.

Cartagena fue la tierra donde García incursionó en el periodismo y la convirtió en residencia de su familia. Después de todo era la tierra de su madre.
Hoy, la Casa García Barcha se yergue en el centro amurallado de la ciudad con unos altos muros color coral, como fiel testigo de las historias del Nóbel de literatura en esa tierra alegre y caribeña.
La ciudad le rindió un último tributo con la implementación de un busto que contiene sus cenizas.
La estructura está ubicada en el Claustro de la Merced de la Universidad de Cartagena.
Después de todo, Gabo logró descansar en paz en la tierra que le conquistó desde el primer día que la vió.

 

La Cartagena de las Indias

Las calles de Cartagena, aquella cuyo apellido de Indias fue puesto para identificarla de otras cartagenas, conquistadas por los españoles, le otorgó de salida una identidad propia.
La Cartagena de hoy en una ciudad que tiene mucho que ofrecer; una población alegre y vibrante, calles llenas de alegría, sabor y positivismo.
El cartagenero por naturaleza es un tipo tranquilo, rumbero, le encanta la música y el baile, pero trabaja arduamente, en otras palabras, es “echao palante” como dicen. No se dejan vencer por la adversidad. Y quizás eso es herencia de sus antecesores, quienes generaron valentía para defender lo que les pertenecía.

Las piedras que hoy componen las calles de Cartagena están repletas de historia.

Imagina si las piedras pudieran hablar, lo que cada una de ellas pudiera contar.
Historias de valor, coraje, sacrificio y dolor. Historias de alegría rumba y tambor, así como de sangre y luto. Historias de una ciudad que a pesar de que muchos intentaron conquistarla para hundirla y sepultar la idiosincrasia de sus habitantes, resurgió y se mantiene vigente, con un espíritu de superación inigualable y digno de admirar.
No es en vano, que recorrer las calles de tan mágica ciudad, maravillen al visitante, dejándolo siempre con ganas de volver.
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