A la capital de Bolívar se le
conoce también como la ciudad de las plazas.
Caracterizada por la predominante
influencia de la arquitectura española de los siglos XV y XVI, la ciudad se fue
desarrollando con la construcción de muchas plazas de diferentes tamaños, pero
con la particularidad que no es muy fácil la distinción de una plaza mayor,
como suele suceder en otras ciudades del continente.
Los tamaños de cada una de las
más de una decena de plazas son diferentes.
Sin embargo, al igual que todas
las construcciones coloniales que se levantaron en el nuevo mundo, seguían las
disposiciones legales que en materia arquitectónica había designado España para
levantar los asentamientos coloniales en las Indias occidentales (continente
americano).
El objetivo era crear un paisaje
legible y militarmente manejable, además de generar admiración y sumisión entre
los pueblos indígenas por la majestuosidad de las construcciones erigidas. Por
ejemplo, las iglesias y estaciones de misión debían generar el máximo impacto
visual, y debían ser ubicados estratégicamente en plazas, de preferencia en el
punto más alto del paisaje
De ahí que la mayoría de las
edificaciones emblemáticas en Cartagena se encuentran en cada una de las plazas
del centro histórico de la ciudad.
El
Centro Histórico
El centro de histórico de la
ciudad se caracteriza por ser un baluarte de edificios de estilo colonial, muy
bien conservados que aportan un realce inigualable a la soleada Cartagena.
Un poco más allá de la Bahía de
las Animas, inicia nuestro recorrido por el centro y está obligado a pasar por
la Puerta del Reloj, que data de principios del siglo XVIII. Construida por el
ingeniero militar Juan de Herrera y Sotomayor, presenta un arco romano de medio
punto, flanqueado por dos columnas toscanas. Es la principal puerta del centro
histórico de la ciudad y la entrada original de la ciudad amurallada.
Frente a la puerta podemos apreciar la amplia Plaza de los Mártires, una de las más extensas de la ciudad, ornamentada con palmas tropicales, que aligeran el ambiente y se mueven rítmicamente al son de la brisa cartagenera.
La Plaza de los Coches está justo
al pasar la Puerta del Reloj. Como el resto de las plazas, ha tenido varios
nombres a través del tiempo. Casas de estilo colonial que rodean a esta plaza y
sus cercanías, le dan una belleza singular.
Caminando, y a solo un par de
calles se encuentra la Catedral de Cartagena. Su cúpula es visible desde varias
calles aledañas. Tal como dictaban las normas españolas, la catedral debió
haber sido de alto impacto visual en época de la colonia, con su destacable
cúpula, los materiales de piedra utilizados en su exterior y el mármol de
Carrara que fue colocado en años posteriores. Llama la atención la existencia
del reloj de sol que fue colocado originalmente al finalizar su construcción y
aún permanece en una de sus fachadas.
A unos pasos está el emblemático
Parque Bolívar. Este enclave citadino les fascinará por la generosa abundancia
de vegetación que sirve de cobija frente al inclemente sol, a la gran afluencia
de personas que lo visitan diariamente. Este parque es el hogar de la estatua
de Simón Bolívar, una admirable creación de Eloy Palacios (escultor venezolano)
otorgado como reconocimiento frente a la gesta heroica de 1811. Está hecha de
bronce y descansa sobre un pedestal de granito que lleva inscrita en su
pedestal la memorable frase escrita por el libertador, “Salve Cartagena
Redentora”.
El Palacio de la Inquisición no
merece mayor explicación de la procedencia de su nombre. Aparentemente es una
sola mansión, pero está compuesta por tres casas; dos se encuentran juntas y la
tercera en la calle vecina, y es conocida como la Casa de los Calabozos.
Dos siglos, funcionó en Cartagena
el Tribunal del Santo Oficio, donde se llevaron a cabo incontables “actos de
fe”, ejecutados tal como indicaba la corona española. Sus operaciones nefastas
cesaron al fin en el año de 1815, sus oficios fueron clausurados para siempre
dicho año. Hoy día, se puede encontrar ahí algunos de los más crueles
dispositivos de tortura que eran utilizados para obtener las confesiones de
aquellos acusados de profanar la fe católica.
Cerca de ahí, podemos encontrar
uno de los edificios coloniales emblemáticos de la ciudad, la Iglesia y el
Convento de San Pedro Claver. La fachada de la iglesia es considerada como la
más rica y monumental de Cartagena.
Una
arquitectura atemporal
La vieja Europa es rica en
tesoros arquitectónicos con valor histórico y cultural sin paralelo.
Sin embargo, a lo largo y ancho
de todo el continente americano desde Méjico hasta la Tierra del Fuego también
podemos encontrar vestigios arquitectónicos que nos dan luces de las
dimensiones del poderío y dominio del imperio español en nuestras tierras.
Un edificio que, simplemente no
hay otra frase para describir sino, una joya arquitectónica, es el edificio que
hoy ocupa el Hotel Charleston Santa Teresa.
¿Te interesa conocer qué era el
Hotel Charleston, antes de convertirse en un enclave de lujo y esplendor en
esta maravillosa ciudad?
En el siglo XVII dicho hotel era
un convento, dedicado a albergar a religiosos/as cuya tarea principal era la
propagación de la fe católica.
¿Increíble no?
Muchos cambios de modernismo se
han incorporado a la estructura, sin embargo, hoy día al entrar al edificio, uno
de los elementos arquitectónicos que hay que admirar es el diseño que aún
prevalece en gran parte del edificio.
“La primera impresión es lo que
cuenta” reza un refrán, y la entrada al Hotel Charleston es simplemente
impresionante. Su arco de ladrillos de seis líneas superpuestas, que se
suspende luego de un arco romano de medio punto y cede ante una reja de hierro
forjado, nos deja saber la amplitud de lo que encontraremos en su interior.
Algunos vestigios del convento
aún son notables, como las esculturas de corte angelical piadoso que reposan en
nichos existentes en dicho hotel. Habitaciones de triple altura que se
encuentran alojadas al borde de los pasillos de cada uno de los tres pisos que
dan al patio interior del edificio, ayudan a refrescar un poco las habitaciones
con la ayuda de la brisa cálida proveniente del mar Caribe.
Al extremo opuesto, se encuentra
el magnífico Teatro Heredia.
No hay palabras para describir el
sentimiento que los embargará al entrar a la edificación, construida en forma
de herradura. Sea que vayas a disfrutar de alguna presentación magistral, o sea
que vayas con ojo crítico para entender la majestuosa arquitectura del coloso,
la realidad es que es otro de los edificios cartageneros coloniales que ha
sufrido modificaciones.
El teatro, oficialmente conocido
como el Teatro Adolfo Mejía, fue construido sobre lo que fue la Iglesia de la
Merced y fue inaugurado en 1911 (cien años después de haberse realizado la
independencia).
Su arquitectura interior incluye
balcones, celosías y telones impregnados de arte dignos de admirar. Escaleras y
esculturas hechas con mármol italiano de época caracterizan algunos de los
elementos a resaltar de esta estructura.
De
Arquitectura colonial a Educación de punta
El Claustro de la Merced es un
edificio que, a similitud de otros, funcionada como una estructura dedicada a
la propagación de la fe.
La sede del monumento erguido en
reconocimiento a Gabriel García Marques y que a la vez es sede final de reposo
de sus cenizas, resultó ser también la sede de un descubrimiento arqueológico
notable. Un aljibe que data de al menos unos 300 años fue descubierto cuando se
realizaban las perforaciones de suelo para la instalación del mausoleo.
En el descubrimiento, salieron a
relucir la forma en que se recogía y conservaba agua en aquellos tiempos
coloniales. Así también, se encontraron restos óseos, balas de cañón antiguas,
botellas y clavos; vestigios de la existencia de quienes fueron los primeros
ocupantes del terreno.
Hoy, el otrora Claustro de la
Merced es sede de la Universidad de Cartagena.
Dicha universidad ocupa (según el
Ranking U-Sapiens 2018), el octavo lugar dentro de las mejores Instituciones de
Educación Superior de Colombia habiendo escalado cuatro puestos, en relación al
año anterior (2017), situándola dentro de las 10 mejores del país.
La
Cartagena del futuro
La Cartagena de hoy es una ciudad
dinámica y vibrante. Si podemos adjudicarle alguna descripción, sería el de una
ciudad en “constante evolución”.
La Cartagena moderna es una
ciudad más próspera pero que busca brindar a sus habitantes mejores condiciones
de vida.
Con este objetivo en mente, en la
capital de Bolívar en la actualidad se están ejecutando proyectos de vivienda y
desarrollos urbanísticos dignos de mencionar. Estos proyectos brindan la
posibilidad de vivir a solo 12 minutos del centro histórico de la ciudad, en un
ambiente con un diseño urbanístico remarcable y rodeados de naturaleza.
Estos proyectos ofrecen viviendas
de primera compra, así como viviendas para personas que desean invertir en
Cartagena. Realizar una inversión en Cartagena hoy día, considerando que es el
destino turístico #1 en Colombia y que tiene tanto que ofrecer a locales o
extranjeros, es una inversión segura, con retorno garantizado.